En un manual del "Perfecto cazador" editado en 1683, Selincourt escribía textualmente que"los mejores Grifones provienen de Italia". Esto demuestra que, ya entonces, el Spinone gozaba de una cierta fama. El hecho de que se hable de Grifones y no específicamente del Spinone se debe a que en aquella época, y aun antes, a todos los perros de pelo duro se les llamaba Grifones para mejor distinguirlos de los perros de muestra con capas diversas. Durante siglos, esta raza se mantuvo pura incluso estando en manos de los cazadores que, con frecuencia, guiaban la cría hacia su utilización práctica, sin basarla en estrictos principios de selección. Su difusión fue disminuyendo, al igual que otras razas de muestra, con el advenimiento de los perros ingleses. El retorno oficial de la raza es historia bastante reciente y, en la actualidad, se halla bajo la tutela de un grupo de criadores serios, que han fijado un tipo relativamente homogéneo.